Diario inglés destaca las bondades turísticas de Chile: “Lo tiene todo, país de vinos bañado por el sol, bosques exuberantes y ciudades muy activas

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El Evening Standard es uno de los diarios más importantes de Inglaterra, medio que este martes publicó un artículo en el que se destacan positivamente las bondades turísticas de Chile.

El texto de Guy Pewsey comienza con una galería fotográfica que comienza con una imagen del edificio más alto de Sudamérica, el Costanera Center, acompañado de fondo por una Cordillera de Los Andes nevada.

“Planear un viaje requiere un compromiso: ¿aventura o relajación?, ¿Cocina a la carta o auténtica?, ¿aislamiento o ruido y sabor local? En Chile, la columna vertebral de América del Sur, la necesidad de elegir se desvanece y la inmensidad del país proporciona delicias contradictorias” sostiene el primer párrafo del texto.

Al llegar a Santiago, la capital presenta un toque de la yuxtaposición que Chile ofrece. Aunque está en la cima como destino en sí mismo, manejamos a través de la bulliciosa ciudad y de repente, se destaca el campo un poco más allá.

La Casona, ubicada en el Valle de Casablanca, es un restaurante ubicado en plena zona de viñedos que entrega un menú elegante y una copa de vino de bienvenida. Luego, un guía nos lleva en un viaje de seis millas a través del valle del Fundo Rosario a una bodega de vino en las colinas.

Pero eso, fue sólo catar. La mañana siguiente volvemos al aeropuerto para volar a Temuco y luego dirigirnos a Pucón, donde los valles asoleados de Santiago son reemplazados con un denso bosque que escala los volcanes durmientes.

Escondido en este paisaje se encuentra el Hotel Vira Vira, una rara joya ubicada a un costado del río, donde producen su propio queso en la lechería, y donde las acogedoras habitaciones están decoradas con bien instalados toques locales.

Después de una noche de imperturbable sueño y un contundente desayuno con granola y frutas, hay que ponerse las botas y los trajes impermeables antes de una larga caminata en medio de cuestas.

El guía nos lleva a través de antiguos bosques, entre medio de colinas y en un majestuoso lago volcánico. En sus orillas comemos un almuerzo con paltas y chocolate caliente, y el frío que cruza el agua que se desvanece.

En la caminata de retorno visitamos el pueblo de Currarehue y la casa de una mujer mapuche que nos explica la historia, cultura y comida de la zona, sentados en su ruca, una vivienda mapuche. Nos vamos llenos de historias y pan.

Los alrededores ofrecen muchas opciones para los aventureros, y la belleza de los rápidos de los ríos permite hacer rafting, una atractiva pero cansadora alternativa.

Durante los momentos de calma, las aves salen disparadas de los árboles, pero cuando llegan los rápidos, la adrenalina aflora y la emoción se apodera de uno junto con el agua espumosa.

Nuestra próxima parada es Puerto Varas, un viaje de cuatro horas desde Pucón con un paisaje lleno de volcanes cubiertos de nueve, y lagos que se extienden en el horizonte bajo un cielo rosado.

En el Lago Llanquihue está otro de los hoteles de referencia en Chile, el AWA, donde todas habitaciones tienen vista al agua.

Luego tomamos un transbordador, con delfines y pinguinos que andan entre las olas, hacia la Isla de Chiloé, plagada de mitos locales y dotada con iglesias protegidas por la Unesco.

Es un lugar para todos los tipos de fe y la hospitalidad es una de las características principales. Nuestro hotel, Centro de Ocio, tiene una construcción sustentable de madera con unas vistas hacia la bahía, un spa entre los jardines y una tina caliente con un arroyo.

Pasamos un día desacelerándonos al ritmo de la vida de la isla, compatiendo con los trabajadores de los astilleros, compartiendo una cerveza en un bar, y disfrutando como una familia nos prepara un curanto, una gigantesca comida con mariscos, carnes y papas cocinadas en el suelo bajo hojas gigantes de nalca o pangui.

Después de una semana maravillándonos con los paisajes, llegamos a Santiago y pasamos una noche en el Hotel Luciano K, mientras el conductor nos deja contándonos historias de que se puede esquiar en la mañana y surfear al atardecer, la próxima vez intentaremos un break en la ciudad.


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